El día de hoy, os vengo a hablar sobre un pueblo desconocido para muchos, pero que cuenta con una gran belleza patrimonial. Este pequeño municipio se encuentra al Este de la provincia cordobesa, en la Campiña baja, y se encuentra dentro de la Mancomunidad del Alto Guadalquivir.
Un pueblo rural rodeado de olivares que pocos conocen, pero muy apreciado por estos. Se han encontrado muchos restos de diversas épocas históricas, los más interesantes son a partir de la época romana.
Durante la época romana, Bujalance solo era un mero cruce de caminos y zona de descanso puesto que por este municipio pasaba la calzada romana que unía Corduba con otras poblaciones.
Algunos autores hablan sobre la posibilidad o creencia de que en esta pequeña población tuvo lugar parte de la guerra entre César y Pompeyo, aunque no existen evidencias formales. Se desconoce mucho de lo que pudo haber sido “Bujalance” durante esta época.
Durante la época musulmana, Bujalance adquiere identidad como núcleo de población. Se construyó el castillo Bury al-Hanašh (Torre de la culebra o serpiente) para vigilar los caminos que se dirigían a Qurtuba (Córdoba), contaba con gran importancia estratégica.
El Rey Fernando III conquistó la fortaleza en 1227 convirtiendo la mezquita mayor en una iglesia bajo el nombre de Ntra. Sra. de la Asunción. En 1594 se separa del señorío de Córdoba y se convierte en un municipio independiente y más tarde se convierte en ciudad, título otorgado por Felipe IV.
Finalmente, en 1983 se declaró el casco antiguo de Bujalance Conjunto Histórico-Artístico por el Consejo de Ministros.
Como dato curioso, en Bujalance existe una de las colonias más importantes de avutardas, una especie en peligro de extinción. Y uno de sus mayores reclamos es la torre –de la Iglesia de la Asunción– más alta de la provincia y con una inclinación de un metro y medio (similar a la torre de Pisa); se tardó en construirla alrededor de 177 años con 55 metros de altura.
Algunos monumentos característicos son el Hospital San Juan de Dios, la Ermita de la Vera Cruz, el Monasterio de San José y Santa Teresa, la Parroquia de San Francisco, la Ermita de Nuestro Padre Jesús (situada en el Cerro del Calvario), el Castillo de la Alcazaba y la Casa Consistorial (actual Ayuntamiento) que se encuentra en la Plaza Mayor –conocida como Plaza de los Naranjos–.
Además, cuenta con un Museo del Hombre y su Medio y un Centro de Interpretación del Aceite y el Olivar. Y parajes naturales como el Arroyo de la Zarzuela, donde se conserva una pequeña muestra del bosque mediterráneo que cubría la campiña en su origen, y fuentes de gran valor patrimonial (la Fuente del Pilar y la Fuente del Chorro) gracias a que Bujalance cuenta con una gran red de aguas subterráneas.
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